Las olefinas son hidrocarburos insaturados que contienen al menos un doble enlace carbono-carbono en su estructura molecular. En el ámbito de los materiales plásticos, el término se refiere principalmente a compuestos como el etileno y el propileno, que son la base de algunos de los polímeros más utilizados en el mundo. A partir de estas moléculas se obtienen las llamadas olefinas plásticas, entre las que destacan el polietileno (PE) y el polipropileno (PP), ampliamente empleados en la fabricación de productos de uso cotidiano e industrial.
Los polímeros derivados de olefinas se obtienen mediante procesos de polimerización, en los que las moléculas de olefina se enlazan entre sí para formar largas cadenas moleculares. Dependiendo del tipo de olefina y de las condiciones de polimerización, se pueden obtener materiales con diferentes estructuras y propiedades. Por ejemplo, el polietileno puede presentarse en forma de alta densidad (HDPE), baja densidad (LDPE) o lineal de baja densidad (LLDPE), cada uno con características específicas de rigidez, flexibilidad, resistencia química y procesabilidad.
Las olefinas plásticas tienen en común su bajo peso molecular, buena resistencia química, facilidad de procesado y bajo coste. Estas propiedades las convierten en materiales ideales para una amplia gama de aplicaciones, desde envases flexibles, tuberías y componentes automotrices, hasta productos médicos, textiles técnicos y elementos de mobiliario urbano.
Una de las principales ventajas de los polímeros derivados de olefinas es su versatilidad. Gracias a su estructura molecular, pueden ser modificados mediante aditivos o copolimerización para mejorar propiedades como la transparencia, la resistencia al impacto, la estabilidad térmica o la barrera al oxígeno. Además, son altamente reciclables, lo que los posiciona como una opción sostenible dentro del grupo de los plásticos de uso industrial.
En procesos como el moldeo por inyección, el soplado o la extrusión, las olefinas plásticas ofrecen un comportamiento muy estable y predecible, lo que facilita la producción en serie de piezas con alta repetibilidad. Esto es especialmente importante en sectores que requieren grandes volúmenes de producción sin comprometer la calidad, como el packaging alimentario, la agricultura o el sector logístico.
Empresas como Plásticos Lezo, especializadas en la transformación de polímeros mediante inyección, utilizan olefinas plásticas para desarrollar soluciones técnicas adaptadas a las necesidades de cada cliente. Ya sea para fabricar piezas estructurales, tapas, conectores o elementos decorativos, los polímeros derivados de olefinas ofrecen un equilibrio óptimo entre funcionalidad, coste y sostenibilidad.
Desde el punto de vista medioambiental, los avances en el reciclado y en la fabricación de biopolímeros derivados de olefinas permiten una integración creciente de estos materiales en estrategias de economía circular. Ya existen versiones de PE y PP de origen biológico o reciclado, que mantienen muchas de las propiedades del material virgen y cumplen con exigencias de sostenibilidad y trazabilidad.
En resumen, las olefinas representan una categoría clave dentro de la química del plástico. Su capacidad para generar materiales versátiles, económicos y reciclables ha consolidado su posición como base de los plásticos de uso industrial más extendidos. Con un amplio abanico de aplicaciones y un potencial creciente en innovación y sostenibilidad, los polímeros derivados de olefinas seguirán siendo protagonistas en la industria plástica global.