Los lubricantes para moldes son productos formulados para facilitar la expulsión de piezas en procesos de moldeo por inyección, compresión u otras técnicas de transformación de plásticos. Su función principal es evitar que el plástico fundido se adhiera a la superficie del molde, lo que permite una extracción más limpia, rápida y sin daños sobre la pieza ni sobre el propio molde.
Estos lubricantes, también conocidos como agentes desmoldantes, cumplen un papel clave en la eficiencia y calidad del proceso. Permiten ciclos de producción más cortos, reducen el desgaste del utillaje, minimizan defectos superficiales y evitan la necesidad de aplicar esfuerzos mecánicos o herramientas que puedan dañar la pieza durante su expulsión.
Existen diferentes tipos de lubricantes para moldes, clasificados principalmente en:
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Lubricantes internos: se incorporan directamente en la formulación del plástico antes del proceso de moldeo. Actúan desde dentro del material, modificando ligeramente su comportamiento frente a las paredes del molde y reduciendo la fricción durante la expulsión. Son comunes en compounding o en procesos donde no se permite la aplicación superficial.
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Lubricantes externos: se aplican directamente sobre la superficie del molde antes o durante el proceso. Suelen presentarse en forma de spray, líquido, pasta o aerosol. Forman una película que actúa como barrera entre el molde y la pieza moldeada.
Dentro de los lubricantes externos, encontramos dos categorías clave:
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Base silicona: son muy efectivos, resistentes a altas temperaturas y dejan una película duradera. Sin embargo, pueden interferir en procesos posteriores como pintura, impresión o soldadura, por lo que su uso debe evaluarse según la aplicación final.
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Libres de silicona: están formulados para ser compatibles con procesos posteriores. Ofrecen buena capacidad desmoldante sin dejar residuos que afecten el acabado o la adherencia de tratamientos superficiales.
Otros criterios importantes al seleccionar un lubricante son su resistencia térmica, tiempo de permanencia, facilidad de limpieza, compatibilidad con el material a moldear, y ausencia de compuestos que generen humo, corrosión o residuos.
En Plásticos Lezo, evaluamos cuidadosamente el uso de lubricantes para moldes según el tipo de pieza, el material termoplástico y los requisitos del cliente. En aplicaciones de alta precisión o donde el acabado superficial es crítico, controlamos la dosificación y frecuencia de aplicación para evitar marcas, manchas o contaminación de la pieza.
Además, trabajamos con productos de alta pureza y bajo residuo, especialmente en sectores como automoción, eléctrico o sanitario, donde las exigencias técnicas son muy elevadas. También participamos en proyectos donde se requiere la eliminación total de agentes externos, en cuyo caso optimizamos el diseño del molde, el sistema de expulsión y los parámetros de inyección para asegurar un desmoldeo eficiente sin lubricantes.
Los lubricantes para moldes no solo contribuyen a la funcionalidad, sino que impactan directamente en el coste y la productividad. Una aplicación adecuada puede prolongar la vida útil del molde, reducir el número de rechazos, mejorar la apariencia de la pieza y permitir ritmos de producción más sostenidos.
En definitiva, los lubricantes para moldes son un recurso técnico imprescindible para garantizar un proceso de moldeo eficiente, controlado y de calidad. En Plásticos Lezo los integramos de forma estratégica, siempre alineados con las necesidades específicas de cada proyecto y con el objetivo de entregar piezas plásticas que cumplan los más altos estándares.