El husillo de inyección es un componente esencial en las máquinas de moldeo por inyección de plásticos. Se trata de un eje metálico con forma helicoidal que gira dentro de un cilindro calefactado, cuya función principal es plastificar el material termoplástico (es decir, fundirlo y homogeneizarlo) y luego inyectarlo a presión en el molde para formar la pieza final.
Su diseño en forma de tornillo permite realizar simultáneamente varias tareas fundamentales: transportar los gránulos de plástico desde la tolva hasta la zona de compresión, calentar y fundir el material por fricción y conducción térmica, mezclar aditivos o colorantes, y finalmente acumular y empujar el material fundido hacia el molde durante la fase de inyección.
El husillo de inyección está compuesto por tres zonas principales:
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Zona de alimentación: donde los gránulos sólidos se introducen y comienzan a ser transportados.
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Zona de compresión: donde el material se funde bajo presión y se homogeniza.
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Zona de dosificación o bombeo: donde el plástico fundido se acumula antes de ser inyectado.
El diseño del husillo varía en función del tipo de material a procesar, del producto final y del proceso específico. Existen husillos universales y otros más especializados, por ejemplo, para materiales con alta carga de fibra de vidrio, materiales técnicos, biopolímeros o compuestos con aditivos sensibles al cizallamiento.
El husillo de inyección gira sobre su eje impulsado por un motor hidráulico o eléctrico, y también puede desplazarse longitudinalmente durante la fase de inyección para empujar el material fundido hacia la boquilla del molde. Este movimiento axial se conoce como «avance del husillo» y es clave para controlar la presión de inyección, la velocidad y el volumen de material introducido en la cavidad del molde.
Un mantenimiento adecuado del husillo de inyección es vital para garantizar la calidad del producto final y la eficiencia del proceso. El desgaste de sus estrías, la corrosión por materiales agresivos o la contaminación cruzada entre materiales pueden provocar defectos en las piezas, variaciones de color, acumulación de material quemado o tiempos de ciclo inestables.
En Plásticos Lezo, cuidamos cada aspecto del sistema de plastificación, incluyendo el estado y configuración del husillo de inyección, como parte de nuestro compromiso con la calidad y la precisión. Evaluamos constantemente el rendimiento del husillo en cada máquina y realizamos limpiezas, inspecciones y recambios preventivos para asegurar una homogeneidad óptima del material fundido, tiempos de ciclo estables y mínima generación de residuos.
Además, adaptamos el tipo de husillo a las características del proyecto cuando es necesario, ya sea para trabajar con plásticos reciclados, materiales de alta viscosidad, cargas reforzadas o piezas de geometría compleja. Esta flexibilidad técnica nos permite abordar proyectos de alta exigencia y garantizar resultados consistentes y repetibles en series largas o cortas.
En resumen, el husillo de inyección es el corazón del sistema de plastificación en una máquina de inyección. Su buen diseño, mantenimiento y ajuste son fundamentales para lograr piezas de calidad, optimizar el consumo de energía y garantizar la durabilidad de los moldes y de la propia máquina. En Plásticos Lezo, entendemos su importancia como una de las claves de la excelencia en el moldeo por inyección.