El polietileno de alta densidad (HDPE) es un termoplástico ampliamente utilizado en la industria por su excelente combinación de resistencia mecánica, flexibilidad, bajo peso y resistencia química. Se trata de una de las variantes más comunes del polietileno, caracterizada por una estructura molecular altamente lineal y una densidad que oscila entre 0,94 y 0,97 g/cm³.
Gracias a su alta densidad y bajo nivel de ramificaciones, el HDPE presenta una mayor rigidez y resistencia a la tracción en comparación con otras formas de polietileno, como el de baja densidad (LDPE). Esta estructura le otorga una elevada estabilidad dimensional, una buena resistencia a la absorción de humedad y una notable resistencia al impacto, incluso a bajas temperaturas.
El polietileno de alta densidad se transforma fácilmente mediante procesos como inyección, extrusión, soplado o rotomoldeo, lo que lo convierte en un material muy versátil. Entre sus aplicaciones más comunes se encuentran envases rígidos, botellas, contenedores, bidones, tuberías para agua y gas, geomembranas, cajas industriales, juguetes, componentes técnicos y piezas moldeadas.
Una de las principales ventajas del HDPE es su alta resistencia química frente a ácidos, álcalis, alcoholes y soluciones salinas, lo que lo hace ideal para aplicaciones en las que se requiere un comportamiento inerte. Además, tiene buena resistencia al agrietamiento por esfuerzo ambiental y es compatible con el contacto alimentario, lo que explica su uso masivo en envases para productos de consumo.
Desde el punto de vista térmico, el HDPE tiene una temperatura de fusión que ronda los 130 °C, y puede operar de forma continua en aplicaciones hasta los 80–90 °C. No obstante, no es recomendable para usos en condiciones de alta temperatura o donde se requiera una elevada resistencia a los rayos UV sin aditivos, ya que puede degradarse si no se estabiliza adecuadamente.
En la fabricación por inyección, el polietileno de alta densidad se comporta como un material de fácil procesamiento, con buena fluidez y capacidad para reproducir detalles, aunque puede requerir canales de alimentación más amplios debido a su baja densidad relativa. La contracción post-moldeo también es un factor a considerar durante el diseño de moldes y piezas.
En Plásticos Lezo, utilizamos HDPE en proyectos donde se requieren piezas con alta resistencia al impacto, bajo peso y buena resistencia química. Nuestra experiencia nos permite ajustar los parámetros del proceso de inyección para garantizar piezas funcionales, duraderas y con excelentes propiedades superficiales. También colaboramos en el desarrollo de productos con HDPE reciclado, apoyando estrategias de sostenibilidad y economía circular.
El polietileno de alta densidad es reciclable y ampliamente recuperado en los sistemas de recogida selectiva. Su capacidad para ser reprocesado sin perder significativamente sus propiedades lo convierte en una excelente opción para productos reutilizables o con múltiples ciclos de vida.
En resumen, el HDPE es un material técnico con un equilibrio ideal entre rendimiento, facilidad de transformación y coste. Su versatilidad lo ha convertido en una referencia en múltiples sectores industriales. En Plásticos Lezo, lo consideramos un material estratégico dentro de nuestro catálogo de soluciones termoplásticas, capaz de adaptarse a exigencias técnicas, económicas y ambientales.