El moldeo por inyección asistido por gas es una variante avanzada del proceso tradicional de moldeo por inyección que utiliza un gas inerte—generalmente nitrógeno—durante el ciclo de moldeo para formar canales huecos en las zonas más gruesas de una pieza plástica. Esta técnica permite fabricar componentes más ligeros, reducir el uso de material, minimizar deformaciones y mejorar el acabado superficial. Es especialmente valorada en sectores como la automoción, el mobiliario, la electrónica de consumo y el diseño industrial.
El proceso de moldeo por inyección asistido por gas comienza como en el moldeo convencional: se inyecta plástico fundido en la cavidad del molde. Una vez que esta está parcialmente llena, se introduce gas nitrógeno a alta presión en el interior del fundido. El gas desplaza el plástico desde el núcleo de las zonas gruesas hacia las paredes del molde, formando canales huecos a medida que el material se enfría. El gas permanece en estas cavidades internas, reforzando la estructura sin necesidad de materiales adicionales.
Esta tecnología es ideal para piezas con espesores variables, refuerzos estructurales, asas o formas tubulares. Al eliminar el exceso de material en zonas gruesas, el moldeo por inyección asistido por gas evita marcas de hundimiento, tensiones internas o retracciones desiguales. También ofrece mayor libertad de diseño, ya que permite crear geometrías complejas sin comprometer la estabilidad dimensional ni la estética.
Una de las principales ventajas del moldeo por inyección asistido por gas es la eficiencia en el uso de material. Al ser huecas en su interior, las piezas requieren menos resina, lo que se traduce en ahorro de costes, especialmente en producciones a gran escala. A su vez, las piezas pueden ser más ligeras y resistentes, algo fundamental en sectores donde el peso es un factor de rendimiento clave.
Otra ventaja es la mejora en el tiempo de ciclo. Al facilitar el llenado del molde y promover un enfriamiento uniforme, el gas contribuye a reducir el tiempo total del ciclo de inyección. Esta eficiencia, junto con un mejor acabado superficial y menos defectos cosméticos, hace que el proceso sea muy atractivo para fabricantes orientados a la productividad y calidad.
En Plásticos Lezo, aunque nuestra especialidad es la inyección estándar de alta precisión, reconocemos el valor del moldeo por inyección asistido por gas en determinadas aplicaciones. Para clientes que requieren piezas ligeras, con estructuras internas complejas o acabados visuales de alto nivel, ofrecemos asesoramiento técnico y colaboración con socios especializados en este proceso.
La implementación exitosa del moldeo por inyección asistido por gas requiere un diseño de molde específico, con canales de gas dedicados y sistemas de compuerta controlada. También es esencial sincronizar con precisión la inyección del plástico y la entrada del gas para garantizar resultados homogéneos y sin defectos. Para ello, se utilizan herramientas de simulación en la fase de diseño que permiten optimizar el flujo de gas y el llenado de la cavidad.
Los materiales más comunes para este proceso incluyen polipropileno (PP), policarbonato (PC), ABS y nylon (PA), todos con buenas propiedades de flujo y resistencia para aplicaciones huecas. Los acabados superficiales obtenidos son de gran calidad, generalmente sin necesidad de posprocesado adicional.
En resumen, el moldeo por inyección asistido por gas ofrece una solución versátil para fabricar piezas plásticas ligeras, funcionales y estéticamente superiores. Gracias a la reducción de material, el mejor control dimensional y las posibilidades de diseño innovador, esta técnica impulsa el desarrollo de productos avanzados en sectores exigentes. En Plásticos Lezo, exploramos y recomendamos esta tecnología cuando añade valor real al proyecto, como parte de nuestro compromiso con la ingeniería y la mejora continua.