La estabilidad dimensional es una propiedad fundamental en el diseño y fabricación de piezas plásticas mediante inyección, ya que determina la capacidad de una pieza para mantener sus dimensiones originales a lo largo del tiempo y bajo distintas condiciones de uso. Esta característica es especialmente crítica en aplicaciones técnicas o industriales donde la precisión, la repetibilidad y la fiabilidad son requisitos esenciales.
Cuando hablamos de estabilidad dimensional en componentes plásticos, nos referimos a su resistencia frente a deformaciones causadas por factores como la temperatura, la humedad, las tensiones internas generadas durante el proceso de inyección, o las cargas mecánicas a las que puedan estar expuestos en su aplicación final. Una pieza con buena estabilidad dimensional mantendrá su forma, tamaño y funcionalidad sin desviaciones significativas, incluso después de haber estado sometida a condiciones exigentes o a un uso prolongado.
Uno de los factores clave que influyen en la estabilidad dimensional es la elección del material. Cada polímero tiene un coeficiente de expansión térmica, un nivel de absorción de humedad y una rigidez estructural distintos. Por ejemplo, materiales como el ABS, el poliamida (nylon) o el PBT pueden verse más afectados por la humedad o la temperatura, mientras que otros como el POM (acetal) o el PPS ofrecen mayor resistencia dimensional incluso en condiciones extremas. Por ello, en Plásticos Lezo realizamos un análisis detallado de los requisitos funcionales de cada pieza antes de seleccionar el material adecuado.
Otro aspecto fundamental es el diseño del molde y el control de los parámetros de inyección. La geometría del molde, la ubicación de los puntos de inyección, el sistema de refrigeración y las condiciones de presión, velocidad y temperatura influyen directamente en la distribución de tensiones internas. Si no se controlan correctamente, estas tensiones pueden liberarse tras el moldeo y provocar deformaciones, alabeos o contracciones irregulares que afectan la precisión dimensional de la pieza.
El post-procesado también puede tener impacto. En algunos casos, las piezas requieren tratamientos térmicos de estabilización o procesos de acondicionamiento antes de pasar al ensamblaje o a su uso final. Estos procedimientos permiten liberar tensiones internas residuales y mejorar la estabilidad dimensional a largo plazo.
En Plásticos Lezo, entendemos que la estabilidad dimensional no es solo un requisito de calidad, sino una necesidad funcional para nuestros clientes. Por eso, aplicamos medidas de control y verificación en todas las etapas del proceso. Utilizamos sistemas de medición por coordenadas (CMM), calibradores de alta precisión y controles de temperatura y humedad ambiental para validar que cada lote de producción cumple con las tolerancias especificadas. Además, realizamos simulaciones de deformación y contracción en la fase de desarrollo de moldes, anticipándonos a posibles desviaciones que puedan afectar el producto final.
La estabilidad dimensional es especialmente relevante en sectores como la automoción, la electrónica, los electrodomésticos o los dispositivos médicos, donde pequeñas variaciones en milímetros pueden comprometer el funcionamiento de un conjunto o el acoplamiento con otras piezas. En estos entornos, garantizar la repetibilidad y la constancia del producto es tan importante como su resistencia o durabilidad.
En resumen, la estabilidad dimensional es un parámetro esencial para asegurar el rendimiento y la precisión de una pieza plástica. En Plásticos Lezo trabajamos para garantizar que cada componente que fabricamos conserve su forma y funcionalidad con el paso del tiempo, respondiendo a las exigencias más altas del mercado y asegurando resultados fiables en cada producción.